sábado, junio 24, 2006

chipincazo

Pocas cosas son tan buenas en la vida, o te caen tan bien, como un baño de agua fría después de haber recorrido 40 km. en bicicleta.. haber subido, haber bajado.. haber sufrido, haber pagado… No hubo caídas, pero el dolor con que pagamos hasta la entrada de Chipinque fue fácilmente comparable… pocas cosas te caen tan bien, como un bocado de comida seis horas después de haber comenzado el viaje.. y descansar… pocas cosas las disfrutas tanto como sentirte exhausto todo un sábado por la tarde y todavía al día sigueinte, sabiendo que por la mañana subiste a las cumbres y por varias horas la ciudad se veía tan lejos, tan abajo y tan impasible…

No, no quiero hacerme el sufrido, ni decir que fue lo más pesado del mundo, y la verdad es que no fueron seis horas seguidas de estarle dando y dando… La verdad es que fue un poco lastimoso. Si bien el esmerarnos en llegar a Chipinque en bicicleta y una vez ahí, recorrer las veredas (que probaron ser más duras de lo que creíamos) sí es algo medio loco, no es la cosa más grande del mundo… pero eso sí, esta fue probablemente la rodada más cansada que he tenido desde la primera vez del cerro del mirador, pero eso porque en ese entonces era una nena que con la subida de Alfonso Reyes moría (si a alguien le queda el saco.. que le quede bien: NENAS!!! jajajaja nsc).

Recordemos ahora aquella vez durante el semestre pasado que pretendimos –ingenuamente- llegar a Chipinque… fue una buena rodada, por detrás de San Agustín, y llegamos a varios conjuntos habitacionales que había abajo del Club Alpino, pero la verdad es que en ese entonces la energía (y el tiempo) no nos dio para más (referirse al mapa al final del post para un mejor apoyo visual)… En esta ocasión, vinimos reloaded y con muchos ánimos de por lo menos comprar la placa… además contábamos con dos invitados especiales: un fantasma que no vimos porque se quedó a ver el partido Alemania-Suecia, y juanito sanito, que dejaba las filas del ping pong por un momento para experimentar lo que es hacer un deporte de verdad…

En términos pragmáticos (me encanta esa palabra aunque no sé lo que significa), la subida de Alfonso nos sirvió para calentar, y de ahí fue confirmar ese calentamiento hasta subir a las callecillas de atrás de S. Agustín.. (bueno, todavía era VO)… y dale que dale de chocolate!!! Bajaditas ricas hasta llegar al paradero de ciclistas .. recuerdo que la vez pasada estuve a punto de morir ahí porque mis pedales se atoraban.. pero ya una vez que me resigné a adjuntar mis pedales a mi lista de cosas que se me rompen cada dos meses (la otra son mis audífonos.. jajaja dammit! ahorita ando sin audífonos chidos para hacer ejercicio.. pero pues tengo los otros chidos para todo lo demás…), todo siguió normal.

De ahí tomamos la vereda sencilla: nos bajamos un poco hasta el palacio de hierro y de ahí subimos todo derecho por Gómez Morín… los anuncios de Chipinque (y Planetario Alfa a la izquierda) nos motivaron a seguir adelante.. sólo para detenernos momentos después en un o-kuso, sacar dinero, que Marco se tomara su gerber de todos los días (desayuno de campeones!), que Juan se quejara y dijera que el ping pong es más divertido y que le damos hueva (y que nos matemos) y que Gabo nos presumiera cómo le quedan las licras. Seguimos subiendo y poco después ya estábamos más separados que … uh… cuatro cosas que estén muy separadas… pero no tanto como nosotros… (qué, ando falto de inspiración).

Cuando llegamos a lo que es la mera subida a Chipinque, juanito sanito ya había muerto e iba de regreso a su casa… Los demas seguíamos cansados, sorprendidos… pero con una meta fija en la cabeza… después de preguntarle a un ciclista con las piernas más definidas que he visto en mi vida (sí.. me fijé en sus piernotas y qué… ya quisiera yo estar así jajaja) proseguimos por una subida que era medio enfadosa, pero regular en su dificultad…. Podría detallar en cómo subimos, subimos y subimos.. pero en realidad no hubo grandes cambios en el paraje.. hasta que llegamos a la siempre agraciada caseta de seguridad. Esperamos un ratito catching our breath y compramos nuestras placas… felizmente no nos cobraron los 30 de la entrada, sino “solamente” los 120 de la placa… un plastiquillo de esos del refresco del cine con un número.. yeiii soy el 3374. De ahí fuimos al restaurante “La Bellota”, el cual estaba cerrado pero ahh!! Nunca había visto ardillas tan cerca de la gente… había visto esa caseta en la carretera Ensenada-Tijuana, donde le avientas pistaches a las ardillas y van a pelearse por ellos y ruedan cuesta abajo en el minibarranco, cayendo confundidas, sólo para volverse a subir y volver a rodar cuesta abajo… Bueno, en esta ocasión las ardillas se ven un poco más nice y más civilizadas, comiendo las sobras del restaurante y teniendo su propio tronco dónde comer y descansar.

Después de preguntar un rato por las posibles rutas a seguir (y hartar a varias guías exigiéndoles una explicación), nos despedimos de Marco que all-of-a-sudden tenía un compromiso en su casa, y nos preparamos para lo que sería una brecha de lo más divertida… oh sí, porque empezaba tranquila, pero la muy astuta nos engañó y para pronto Gabo y yo ya estábamos quejándonos como las nenas (por no decir otra cosa) que afloraban en nuestro interior.

Al principio estaba tranquilo y divertido, pero lo peor vino después, cuando era puro de subida y además había troncos “para evitar el deslave”… daaale!!! roncos!!!! Al principio eran fácilmente esquivables pero poco a poco, conforme se volvía más empinado, había más piedras sueltas y nos cansábamos más, nos fuimos dando cuenta de lo ALTAMENTE ENGROSANTES que resultaron ser estos tronquitos… además de que un ruquillo que venía bajando por ahí, nos estorbó. Hago este comentario porque por la vereda de “El Chile” (yo no vi ningún chile por ahí.. pero sí sé qué cosa nos… uh… bueno… ) no está permitido bajar en bicicleta… está claramente escrito en el reglamento y hasta hay anuncios más arriba… gente incauta… y eso que en esta foto la inclinación está bien leve…

Pues medio que morimos, medio que no… y finalmente llegamos a un descanso. Se venían viendo desde hace rato los “bellos parajes” de Chipinque.. pasamos cerca del incendio pero como queríamos regresar mínimo al segundo tiempo del partido México-Argentina, hicimos caso omiso de la parvada de niños que venían corriendo y tomamos la vereda de canoas, hacia la carretera… pero antes, woah!! ver letrero que dijera canoas a 200 m. fue hasta ese momento lo mejor que nos había pasado, pues no sabíamos cuánto más íbamos a aguantar subiendo troncos estúpidamente puestos y estorbando el camino.


Eso sí… es realmente cierto que allá arriba se ve bastante chido hacia abajo… esta foto me gustó porque se ve muy bien la forma del cerro del mirador (por la parte de atrás) pudiendo comprobar que hay un camino de S. Agustín hacia el otro lado del cerro… igualmente al parecer hay camino adentro de Chipinque que cruza por todos los cerros y llega –eventualmente- a la Estancuela… qué tal??

Refilleamos las botellas y nos preparamos para algo que originalmente describimos como “una bajadita bien rica”…

Pero la verdad es que ese término se quedó corto.. REALMENTE CORTO. Una bajada por la carretera de Chipinque que es más larga que la subida pues da todo un rodeo. Rodamos (según el podómetro de Gabo) a unos 40 km/hr (sí, 10 más que el límite… sue us :P ) durante 5 gloriosos kilómetros o tal vez un poco más… Ahí arriba en realidad no importaba en lo absoluto que el aire me sacara lágrimas y mis ojos enrojecieran, yo solamente sentía el aire pasar a mis lados, dos ruedas girando a todo lo que dan, un cuadro inclinándose suavemente a los lados conforme pasaban las curvas… y nuevamente el viento a mi alrededor…

Dicen que todo lo que sube tiene que bajar… si tan sólo todas las bajadas fueran así!!! No me molestaría bajar después de batallar subir.. en lo más mínimo. Pero supongo que esa es la recompensa por haber seguido… Lo mejor de todo es que esta bajada continuó aún saliendo del parque, y prácticamente hasta Roberto Garza o no sé qué calle… tomamos un camino distinto que nos hizo subir un poco, solamente para disfrutar de otra bajada (esa sí fue una “bajadita bien rica”) más adelante…

Después de eso siguieron los parajes de SA (S. Agustín) y posteriormente VO… veníamos bajo el sol de las 2pm, y con todo el cansancio de ya unas cinco horas (con varios descansos, claro)…. yo solamente espero no tostarme demasiado (me quemé un poco el cuello porque olvidé ponerme bloqueador ahí.. jijiji)…. Al menos no más de lo que me hizo el bustrip, que es buena oportunidad para señalar lo primero que me dijo mi mejor amiga cuando me vio después de ese viaje: “a la!! estás bien negro!!”…. bueno.. ¬¬

De regreso se las dimos a Alfonso Reyes, pero no nos bajamos de la bici.. de hecho no nos bajamos en ninguna parte, porque somos unos hombrezotes, verdad Gabo?? ;) … bueno, de ahí nos separamos en la vueltita verde y aquí se rompió una jerga y cada quien a ver el final del primer tiempo de México-Argentina…








la línea punteada es por donde nos vinimos de regreso…una ligera diferencia, pero tomemos en cuenta que tiene más subidas y bajadas.. gómez morín es casi plano


El día siguiente (domingo) fui a conocer la pista de Mederos, que es el campus de arte y veterinaria (extraña combinación) de la UANL.. para los que no sepa, queda al sur de GS, frente al Wal-Mart… pondría otra imagen de Google Earth pero ya chole.

La ida está bien a gusto, calles residenciales y es de bajada a la sombra de los árboles… una vez ahí tuve que preguntar dónde estaba la famosa “ciclopista” porque no la veía por ningún lado.. y con razón no la iba a ver, pues estaba metida entre la maleza :O … bueno, al principio no, pero ya después.. sí…

Siempre me había preguntado qué demonios puede haber entre todos los arbustos que se ven a lo lejos sobre los cerros de Monterrey o para el caso de cualquier ciudad (de Ensenada también :D) … bueno, ahora lo sé.. .. está genial esta pista, es lo mejor! Dura un buen, tiene bajadas, tiene subidas, chidas, difíciles, tranquilas, relajadas… tiene de todo.. donde las ramas te rasguñan la cara, donde los arbustos te tallan los pies… donde debería correr un riachuelo…. Pasos por debajo de un puente perdido a la mitad de la jungla… con razón dicen que hay osos en mederos!!

Les debo las fotos, es que estaba demasiado emocionado con una de las pistas más chidas que he visto y soñado desde mi infancia (síiii dirán que no tuve infancia O que no sé nada de pistas.. .pero qué, es lo más que he visto! Jajajaja… está bien cool)… que me dio flojera estarme deteniendo a tomar fotos… tal vez en otra ocasión cuando vaya con gabo o con el mojón.

En dos semanas hay una competencia en esta pista… la vdd estaría bien participar.. pero creo que todavía estoy por debajo del nivel “principiante”.

.. bueno, me voy a disfrutar un poco del letargo de fin de semana…. Nos vemos!!

3 comentarios:

alexv86 dijo...

sin comentarios

yo hubiera muerto en alfonso reyes (eso q en el mapa dice "de calentamiento" hahaha)

lo peor es q entre deibid y gabo cada vez me dan más ganas de comprar una bici!!!! damn

Anónimo dijo...

Fue buena esa subida. Lo mejor fue el gerber.

De mi regreso lo mas dificil fue cruzar fleteros :p

Que se haga de nuevo

Saludos

Anónimo dijo...

ardilas nice!!!
cura la descripcion...

deberias hacer un reality!!!

jajajaja

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