jueves, noviembre 20, 2008

linux: un año después

Ha sido casi un año desde que instalé Linux (yo solo) por primera vez. En realidad ya tenía alguna versión de Kubuntu (asumo que sería el 5.10) en mi computadora gracias a los chavos de Gultec quienes en algunos de sus Install Fests me ayudaron con eso. Ahora que lo pienso, loable fue su tarea pues en ese entonces las cosas no eran tan fáciles como lo son ahora. Y es precisamente de eso de lo que quisiera comentar en esta ocasión.

En su momento escribí mis primeras impresiones luego de un ardua investigación (encerrado el fin de semana entero dedicado a comprar mi boleto de entrada... hey, hay cosas que con tiempo se disfrutan !). A un año después y con lo que yo considero ha sido un avance hacia la compatibilidad entre sistemas operativos, mi opinión en general se desplaza de pasar a hacer listitas contando beneficios y maleficios, a una visión un poco más global de estas OS-wars.

Desde el principio he comentado que mi motivación detrás de utilizar un sistema operativo alterno no era abanderarme de geek, por fanatismo hacia una filosofía o por odio incontrolado hacia una marca (tal vez por sus acciones un poco, pero no tanto hacia el emblema). En realidad en un principio se trataba de curiosidad: mis fuentes cercanas lo abalaban como el santo grial y el brinco final se dio más bien por necesidad: La realidad es que, a pesar de trabajar minuciosamente en reparación del registro, defragmentación, antivirus y demás malware y una baja cantidad de procesos de autoinicio, mi sistema con Windows se ha vuelto prácticamente inusable a lo largo de los últimos meses, en parte a que una de mis tarjetas de RAM fallara y me dejara solamente con 512 MB. Maldita suerte.

En este aspecto y contrario a lo que la mayoría de los sitios y foros comentan, mi experiencia en Linux no ha sido que requiera necesariamente de menos recursos que Windows. De hecho entornos como Gnome e incluso XFCE (que cada vez ocupa más y más recursos) prontamente dejaban sin mucha memoria libre a mi pobre computadora. La razón principal a la que atribuyo esto es que en el mundo de Linux las opciones son casi infinitas. Opciones de base del sistema operativo, opciones de paquetes de administración, opciones de entornos gráficos, opciones de manejadores de ventanas, etc, etc. Algunas combinaciones de estas opciones están diseñadas para trabajar en conjunto y con las mismas dependencias, pero también es posible usar un poquito de por aquí y otro poco de por allá, creando un entorno con parches y retazos de aquí y de por allá cuyas exigencias de recursos pueden ser bastante altas. Después de mucho dilucidar me decidí a probar un entorno relativamente nuevo llamado LXDE (Light X11 Desktop Environment), el cual es una mezcla de componentes bastante ligeros y sencillos de utilizar.

Screenshot-2 (by broken glass)
mi escritorio actual: Xubuntu - XFCE + LXDE

Pero del viaje que es adentrarse en todas las opciones que hay en Linux hablaré en otra ocasión. De hecho es una de las cosas que me llama la atención: Hay opciones para todos gustos, y esto es algo que no se logra con otros sistemas operativos o no a semejante escala. En Windows u OS X tienes unas cuantas versiones, que en realidad varían entre sí solamente por utilidades y posibilidades extras del sistema, pero en general todo viene de la misma forma, una forma que es un tanto impositiva. Algo que me ha sorprendido enormemente de las distribuciones Linux (o "versiones" si lo quieres ver en términos llanos) es que gracias a las licencias de uso y modificación, así como al seguimiento de documentación y estándares se puede configurar el sistema para dar gusto a todos para que cada quien lo use a su manera y haga las cosas como mejr le parezca. Es así como podemos tener un sistema adaptado especialmente para computadoras viejas, otro orientado al diseño o a la multimedia, otros a la usabilidad y fácil utilización, otros a la velocidad, otros para los geeks que usan línea de comandos solamente, etc, etc.

Pero puede llegar a ser precisamente esta diversidad uno de los puntos débiles de este mundo abierto, pues muchos de los usuarios nuevos (como yo en su momento y hasta la fecha) se ven entre un mar de abrumadoras posibilidades y sin una guía central, clara y precisa (distrowatch.com no siempre es de la mejor ayuda para usuarios con criterios cualitativos) y es muy fácil irse por caminos equivocados o más complicados de lo que esta experiencia podría ser.

Esto de la facilidad de configuración es sin duda un arma de dos filos, pues si por un lado para el inexperto puede llegar a ser razón de confusión, quien sabe navegar entre todas las opciones puede resultar beneficiado al tener un sistema que puedas configurar y dejar justo como te gusta sin mayores problemas. En este sentido siempre me ha molestado la imposición de estructuras organizacionales o que el software haga "por su cuenta" más de lo que le pides que haga y termine generando caos en tu computadora. En ese aspecto la filosofía Linux dice "un programa para una cosa" y es literalmente lo que ocurre (en la mayoría de los casos): cada aplicación o módulo tiene su campo de acción bien limitado de manera que puedas cambiar o editar a tu gusto para tener un sistema a la medida.

P1030145 (by broken glass)
probando diferentes distribuciones ligeras

La verdad es que, a final de cuentas, el resultado final para el usuario común y corriente es que lo que se puede hacer en un sistema se puede hacer en el otro. La diferencia radica, como ya había comentado antes, en qué tan fácil es hacer estas tareas partiendo desde cero y desde principio a fin. Por ejemplo, hay distribuciones de Linux que facilitarían enormemente la vida a mi abuelita o a aquella típica tía tecnofóbica que quiera entrar un poco más en contacto con la familia gracias a las computadoras, y también hay otras distribuciones minimalistas que harán batallar hasta al más experto linuxero.

Tomando esto en cuenta, probablemente uno de los obstáculos más grandes a los que se enfrenta la gente que quiere entrar a Linux es que se requiere des-aprender lo que venimos practicando año tras año con otro sistema operativo. En otros sistemas más cerrados las cosas se hacen de una o unas cuantas maneras. Al entrar a Linux nos encontramos en un entorno completamente distinto.. es como aprender a caminar nuevamente pero bajo circunstancias completamente diferentes. No es peor o mejor, simplemente diferente y es esta diferencia en una herramienta de trabajo a la que estábamos acostumbrados lo que puede desanimar a muchos: Vienen esperando encontrar algo que sepan usar, algo que trabaje igual a su sistema anterior y la realidad es que no lo van a encontrar.

Por otra parte, si existe el prejuicio de que Linux es "más trabajoso" es precisamente a la historia que se traen desde sus inicios. Con el afán de darle prioridad al código libre y demás estándares, Linux es por tradición para los geeks que se llevan bien con sus computadoras y a quienes tal vez no les importe tanto la belleza en su entorno gráfico. Sin embargo y conforme adquiere popularidad, el resto de los usuarios se dan cuenta de eso y exigen y ayudan a crear sistemas más amigables y que "simplemente funcionen". Una de las distribuciones que más me gustan en este aspecto porque es ideal para iliteratos tecnológicos que no tienen demasiados requerimentos computacionalmente hablando es gOS, una distribución enfocada a su facilidad de uso y a mezclar las herramientas de web en un sistema basado en Linux que funcione tal y como esperas que lo haga desde un principio sin mayor configuración adicional.. simplemente como debería ser. Un review que les hacen resume bastante bien lo que quiero decir con las siguientes palabras:

But chances are, if they picked up a gOS equipped machine, Mom and Dad would have no idea they were running Linux. Like the Xandros distro that Asus packages with the EeePC, gOS doesn't trumpet its open source credentials or advertise its infinite customization options. It just works.

En este sentido, dan perfectamente en el clavo al irse más por la experiencia del usuario y no tanto por la licencia del código o demás aspectos de importancia para minorías (en verdad dije eso?). En realidad casi cualquiera de las distribuciones maduras de hoy en día cuidan un poco más este aspecto de que todo funcione out-of-the-box.. algunas más que otras. Hablando de licencias, me llamó la atención que en todas las pruebas e instalaciones que estuve realizando la cantidad de licencias que tuve que aceptar fue prácticamente mínima.. el código está ahí y lo puedes aprovechar libremente sin mayor reparación... es una experiencia diferente.

Screenshot-1 (by broken glass)
Firefox y Pidgin

Bueno, así termina este pequeño debraye sobre mi percepción de Linux luego de un par de meses de ser un usuario asiduo. En general estoy bastante contento con la forma en que se puede modificar fácilmente lo que a uno no le guste, y en cómo logras tener software realmente a la medida de lo que ocupas sin más ni menos. Si en algún momento te ha llamado la atención el mundo de Linux, te recomiendo ampliamente que le des una oportunidad... con los criterios y paciencia suficientes estoy seguro que tendrás una sesión de toma de decisiones bastante intensa por delante. Próximamente hablaré un poco más sobre las diferentes distribuciones que he probado, cuáles recomiendo y para qué las recomiendo :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tal vez es tiempo de cambiar a BSD :D

saludos

Anónimo dijo...

Xubuntu? Se te van a caer los huevos. Instala Gentoo haber si muy macho.

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